• Consideramos al cliente la razón de ser de nuestro despacho, por lo que lo situamos en el centro de nuestras actuaciones.
• La protección de los derechos e intereses de nuestros clientes constituye el fundamento de nuestro trabajo.
• Nunca llevamos a cabo actuaciones innecesarias o superfluas para los intereses de nuestros representados.

Como profesionales colegiados, acatamos y cumplimos las normas deontológicas de nuestros respectivos colegios profesionales.

Nos autoimponemos un compromiso ético de actuación que se plasma en un alto estándar de calidad en los servicios prestados, en una integridad y obligación moral en nuestras relaciones con los que nos rodean, en una inquebrantable lealtad hacia nuestros clientes y en una indubitada independencia respecto a cualquier otro interés distinto del objetivo final deseado.

• Proporcionamos información clara y precisa sobre el desarrollo de los asuntos que tramitamos.
• No aceptamos encargos ajenos a nuestra especialidad.
• Facilitamos previsiones detalladas y tan exactas como sea posible en su anticipación, sobre los costes y honorarios de los trabajos a desarrollar.
• Ofrecemos flexibles acuerdos presupuestarios, pactados previamente al inicio de los encargos. Como garantía adicional, en lo que no se hubiera previsto o no hubiera sido objeto de presupuesto, nos remitimos y adecuamos a los criterios públicos sobre honorarios aprobados por nuestro colegio profesional.